De la actualiad político-social al escenario: el teatro como metáfora de la realidad

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theater

Por: Ignacio Martín Granados

Hace un año llamaba la atención sobre la cantidad de obras de teatro con temática política que se estrenaban y representaban a lo largo de la geografía española. Bajo el titular “Si la política hace teatro, el teatro hará política” un director teatral explicaba la proliferación de dichas obras y yo, de paso, titulaba así el post en el que las recopilaba, aunque luego vinieron alguna más.

La moda sigue y hablar de teatro es también hacerlo de denuncia social, crítica, satírica, política ficción… Por este motivo vuelvo a señalar alguna de las obras -seguramente habrá más de las que no he tenido conocimiento- que están girando por la geografía nacional y tendremos ocasión de ver durante esta temporada en salas y teatros.

Aunque pueda parecer lo contrario -hastiados de malas noticias y pesimismo económico, político y social-, las urgencias políticas se revelan como oportunidades creativas, reivindicativas y muestras de inteligencia colectiva que nos ayudan a digerir la cruda realidad y buscar soluciones a la crisis. Por ese motivo es más necesario que nunca reivindicar el papel del teatro, tanto como alimento esencial del alma y del espíritu crítico ciudadano como, por supuesto, necesaria Cultura.

el_encuentro

El encuentro, de Luis Felipe Blasco Vilches (puede hasta el 30 de marzo en el Teatro Español), parte de la reunión que en febrero de 1977 mantuvieron Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, en la que acordaron la legalización del Partido Comunista y las líneas maestras sobre las que se asentaría el gran pacto para la Transición. Suárez y Carrillo, el presidente del gobierno y el líder de un partido ilegal en busca y captura, aceptaron pactar un encuentro muy peligroso para ambos, en un momento en que el país era de una inestabilidad extrema, y fueron capaces de reconducir sus intereses partidistas por un bien común. Es un encuentro secreto, mantenido a espaldas incluso de los suyos. Ambos representan las dos caras de la moneda de un país, que hace relativamente poco dirimió sus diferencias, en una guerra civil de triste recuerdo. Discuten, desarrollan estrategias, se interpelan, se recriminan, se ponen a prueba, se amenazan, hablan del pasado, del presente, del futuro… Tienen claro que gane quien gane esta batalla, nunca debe perderla el país. Pero son numerosos los factores que pueden dar al traste con este acuerdo, y muchas las sombras que se ciernen sobre el encuentro.

El encuentro no es una obra historicista sino, como refleja su ficha artística, es un espectáculo que aprovecha un episodio de nuestra historia para hacer una metáfora de nuestros días. Los personajes, aunque inspirados en Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, no lo son, del mismo modo que la reunión representada no es una reproducción de la que en su día se mantuvo (no hay actas ni grabaciones de aquel día). En El encuentro a lo que asistimos es a una construcción teatral cuyos cimientos, eso sí, están ligados a hechos históricos como lo son los asuntos que fueron tratados por ambos: ETA, las leyes represivas, el poder de la Iglesia, el descontento militar hacia el nuevo régimen… En palabras del director, Julio Fraga, “El encuentro no pretende ser una crítica ni un panfleto, sino una invitación a la reflexión” y, desde luego, probablemente la primera obra teatral que se atreve a afrontar nuestro pasado cercano.

La Escuela de los Vicios

La compañía Morfeo Teatro rescata una obra de Quevedo para hacernos ver que no hay nada más moderno como volver a los clásicos o que la condición humana tiene la mala costumbre de tropezar siempre en la misma piedra a la vista de la rabiosa actualidad de una obra de principios del siglo XVII.

La obra La Escuela de los Vicios es un montaje basado en las sátiras y discursos políticos del genio del Siglo de Oro, un concentrado de la mejor irreverencia de Quevedo, escritos que en su momento lograron gran éxito, provocando diversas polémicas (critica de las corruptelas de ministros, magistrados, banqueros y mercaderes sin escrúpulos), entre las que no faltaron acusaciones de obra subversiva. Eso sí, la compañía nos advierte que “este espectáculo, como buena farsa, es políticamente incorrecto, tiene una alta dosis de inquina, es hiriente, cáustico y por ende provoca risa inteligente (mérito en su mayor parte del autor), por lo que puede desaconsejarse su ingesta a públicos con mentalidad ultraconservadora, o que vayan al teatro sólo a pasar un buen rato y no pensar”. Recién estrenada, está de gira por España por lo que igual tenéis suerte de que llegue al teatro de vuestra localidad:

“Mal oficio es mentir, pero abrigado,
eso tiene de sastre la mentira,
que viste al que la dice; y aun si aspira
a puesto el mentiroso, es bien premiado.”

Cuatro siglos después,
no hemos cambiado tanto.
a él le llevaron a la cárcel sus escritos…
…a nosotros, a hacer un espectáculo.

Mongolia El Musical

¿Quiere emocionarse como Arias Navarro con la muerte de Franco? ¿Busca una tarde de sátira y sketches políticos a lo loco? ¿Aún cree que el Hombre del Espacio creó la tierra y los supermercados en siete días? La revista Mongolia arriba a la escena teatral con un musical en el que puede que no haya canciones: el último reto para el espectador exigente.

Disfrute de una velada con los creadores de Mongolia y sus personajes favoritos: Mariano, el presidente engañado; Alfredo, el manitas de la oposición; Ángela, la bruja mala del norte… ¿Ah, que no son de ficción? ¿Ah, que estos existen?

Nota: Es posible que en este musical no haya canción alguna.

Así promocionaban los creadores de la revista Mongolia el espectáculo que tenía lugar en enero y agotó las entradas para todas sus funciones en la Sala Mirador (CNC) y los espectadores esperan tenga una pronta continuidad. Según los creadores de la polémica revista, se trata de “un espectáculo con una estructura  desestructurada que combina sketches, montajes de videos, animaciones y monólogos dialogados… en definitiva, sátira política de la actualidad española e internacional”.

Ejecución hipotecariaEn la misma sala se estrenó también hace poco más de un mes Ejecución hipotecaria, de K Producciones y Miguel Ángel Sánchez, en la que se pone en escena una obra que se enfrenta con rigor a un problema social de máxima actualidad: los integrantes de una comisión judicial se disponen a ejecutar el primer desahucio del día, una mujer que debe varios meses de hipoteca, cuyo apartamento ha pasado a ser propiedad del banco. Un caso más en su rutina cotidiana, si no fuera porque esta vez son recibidos por un hombre que, después de hacerles pasar amablemente, les apunta con una escopeta y dispara a uno de ellos. A partir de ese instante, el individuo procede a explicar sus razones, mientras todos se preguntan cuál puede ser el próximo.

consell familiar

Consell familiar, obra de Cristina Clemente dirigida por Jordi Casanovas, pudimos verla en la sala Beckett de Barcelona y esperamos que gire por el resto del país para disfrutar de una pieza que, sin pretender ser una comedia, provoca muchas risas y une familia y democracia.

Y es que en esta obra los padres han querido que su unidad familiar sea una auténtica democracia. En esta familia se elige a un presidente, se siguen unas estrictas normas electorales y se dispone de un regulado sistema económico con hacienda propia, auténticas estructuras de estado y una burocracia que dificulta cualquier decisión. Cuando Aina, la hija, se da cuenta de que este sistema ya no es lo suficientemente útil y decide reclamar uno nuevo, se producirá un terremoto de consecuencias imprevisibles. Y es que los padres de este estado familiar harán todo lo que esté en sus manos para apaciguar la disidencia en un claro choque generacional. Como explica su director, “en un núcleo tan pequeño observas los defectos de la democracia actual, que no son tanto las ideologías como las estructuras, las obligaciones burocráticas, que convierten injusto el sistema que quiere ser más justo. Hacen muy difícil las reformas e introducir ideas que las nuevas generaciones, que ven que el sistema funciona mal”.

el crédit

Muy pegada a la actualidad está también la obra El crèdit, una comedia de Jordi Galceran –autor de El método Grönholm– que podemos ver en La Villarroel, un título suficientemente explícito que aborda, sin escrúpulos, el mundo bancario y estos tiempos de crisis económica donde esta palabra se escucha día sí y día también. Al igual que en la anterior obra, el desarrollo de la trama no se produce de la forma habitual: un hombre va al banco a pedir un crédito pero el director se lo deniega. En vez de irse a casa cabizbajo pensando que las cosas están muy mal, que los tiempos han cambiado, reacciona de una manera inesperada, poniendo al director en una situación incómoda…

el antidusturbiosEn la misma línea de crónica social nos encontramos con El antidisturbios, drama de la compañía Teatro de Acción Candente representado en el Teatro del Arte, historia que explora la figura de un antihéroe contemporáneo que la crisis ha hecho emerger como protagonista de actualidad y nos hace reflexionar si son víctimas o verdugos (una historiaya explorada exitosamente por Marc Crehuet en El rey tuerto):

Un policía antidisturbios recién jubilado hace un repaso de su vida a través de determinados acontecimientos de su vida y de la historia del país mientras se prepara para recibir una medalla. Reflexiona sobre sus actos y sobre las órdenes que ha ejecutado en su vida. Su hija es la otra cara del mismo país, activista política que reniega de su padre, se plantea el significado de la honorabilidad y el merecimiento de dicha condecoración, la valía de las pretensiones de poder y la impunidad de gran parte de sus servicios.

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Y para finalizar, no hablaremos de una obra en particular, sino de todo un teatro. Y es que la extinta sala Triángulo ahora se ha reconvertido en el Teatro del Barrio, un espacio dedicado a la inflamable mezcla de pensamiento, política y, también, diversión, todo ello pasado por el tamiz de las artes escénicas. Se trata de un teatro sin ánimo de lucro, cooperativo, horizontal y con un funcionamiento plenamente asambleario cuyo objetivo es implicar a la ciudadanía y generar conciencia crítica, conocer la realidad para transformarla. Así el teatro ofrece una programación en cuyo núcleo duro están los temas político-sociales, aunque no exclusivamente.

Alguno de los espectáculos que nos podemos encontrar son Informe semanal (un informativo teatral conducido por Edu Soto, todo un espectáculo cómico en cuatro partes: la banca española; constructoras, eléctricas y otros amigos del Ibex 35; medios de información; partidos políticos y sindicatos), Marca España. Cuando las ovejas miran al horizonte (una selección de trozos de la realidad más reciente que permitirían hacerse una idea de lo que hoy pasa aquí a un tipo recién levantado después de dormir durante varios años. Ocho actores darán vida a algunos de los miembros más y menos respetables de nuestra sociedad en algunos de los momentos estelares de su existencia) y Autorretrato de un joven capitalista español (un monólogo en el que Alberto San Juan habla de su vida para hablar de la vida en su país, desde el año de su nacimiento, 1968, hasta hoy).

Como decía al principio, seguramente habrá más obras, pero todas estas representaciones merecen la pena por lo que si recalan en vuestra ciudad, no dudaría en ir a verlas.

Fuente: Blog de Martín Granados