Condiciones para que exista una ciencia política

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Por: Darío Ledesma

Para que exista una ciencia política es necesario que esta pretenda desentrañar los factores que permiten descubrir las diversas causas correspondientes a la lucha del poder político y las formas de dominación.

La ciencia política tiene por objeto el estudio del fenómeno del Estado, o sea la integración jurídica-política de una colectividad, así como a sus diversas formas y manifestaciones.

A diferencia de las ciencias naturales, la ciencia política (que pertenece a las ciencias sociales o del espíritu) no se basa en leyes generales, ya que estas solo pueden ser probadas bajo experimentos sujetos a comprobación, pero la ciencia política con base a los fenómenos sociales que han ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad  puede trabajar para prever los acontecimientos según la coyuntura del momento.

Para que la ciencia política sea efectiva debe de explicarnos cómo, cuando, porqué  y hacia donde va un fenómeno sea causal o no, y tener preceptos/conceptos definidos de que es lo que se busca descubrir o prever de una realidad política o social.

Al leer a tantos autores que escriben diferentes puntos de vista sobre la ciencia política uno termina preguntándose que es realmente hacer ciencia política, algunos defienden el concepto y otros tratan de desacreditarlo, pero independientemente de que nosotros como estudiantes y profesionistas de la carrera leamos textos que atacan o defienden a la ciencia política debemos de tratar de encontrar la maraña que defina realmente lo que consideramos sobre la ciencia política, estudiarla a fondo y aprovechar los conocimientos que nos brinde su estudio.

La ciencia política necesita de gente con la mejor preparación para hacer frente a todos aquellos que consideran que las ciencias sociales están en decadencia y no desean darle un impulso a las humanidades.

Necesitamos -tanto los politólogos como los estudiantes- de teorías validas científicamente para que los resultados sean aprobados e irrefutables, necesitamos grandes exponentes, teóricos, maestros, profesores y estudiantes que con todos esos conocimientos hagan valer a la ciencia política como tal, la eleven a la categoría de CIENCIA que se merece y no sea afectada por gente que la ataque.

La Ciencia política es una herramienta eficaz para un buen acercamiento a los problemas cotidianos a los que se enfrenta la vida política de nuestro país, a pesar de que últimamente gracias a los políticos que hay en nuestra nación debemos recuperar el buen espíritu de nuestra disciplina, a sabiendas de que no es lo mismo ser un científico de la política que un político.

La Ciencia Política necesita bases, desarrollo, teoría, praxis, y gente comprometida que le asegure el buen camino que ha de proseguir, no basta con buenas intenciones para cambiar el aspecto de nuestra disciplina sino se necesitan acciones de primera para llevar a cabo lo que anhelamos como politólogos, un respeto hacia nuestra disciplina y apoyo por parte de la sociedad para llevar a buen termino nuestras metas.

Las diferencias entre un político y un científico de la política

Según  nos comenta Max Weber, somos políticos ocasionales cuando votamos, hablamos en público, hacemos una discusión política, o nos manifestamos de manera similar sobre algún acontecimiento de la vida social cotidiana y por supuesto de la política del país, para mucha gente esta es la única manera  en la  que tienen un acercamiento verdadero con el tema de la política, otros políticos son semiprofesionales  (delegados y representantes de organizaciones políticas) que por lo general no se dedican de tiempo completo a esas actividades sino ocasionalmente.

Los políticos generalmente viven, se sirven o hacen la política, viven para o de la política, algunos buscan el poder y luchan por él, otros solo se conforman con servir a los principales políticos que tienen tal poder, los políticos son los que se encuentran dentro de las esferas del poder y en la lucha para obtener el poder. Hay políticos de los más variados matices, desde los intachables y leales hasta los traidores y de mala reputación.

Los políticos en nuestro país se han ganado una fama de lo peor gracias a sus acciones como representantes de la sociedad en los organismos estatales y en las funciones que desempeñan en los  alto puestos que ocupan, es de notar que en varios países al político se le considera como una persona no muy responsable ni tampoco honrada, desgraciadamente antes que ver a un político como un salvador, se le ve como un remedio no del todo muy bueno.

Antes los medios de comunicación estaban un poco más controlados y hoy en día gracias  a la apertura de los mismos y la aparición de las redes sociales la gente está más informada con el acontecer de la vida política nacional y uno se encuentra que esa gente en la calle, plazas, mercados, centros comerciales y hasta en la comida familiar habla de política, claro siempre dirigiéndose con calificativos no muy agradables hacia los que son los actores principales de nuestra vida política nacional., los políticos deberían de luchar por tener un mayor respeto dentro de la sociedad no solamente con cultos a la personalidad, publicidad, mesianismo o demagogia ya que la gente no es tonta e inmediatamente se da cuenta de si realmente hay cambios en las problemáticas que le aquejan o no, a la gente ya no se le engaña tan fácilmente como antes y las protestas contra  algunas políticas que les afectan no se hacen esperar, es bueno que la sociedad se politice por que al hacerlo se participa más activamente en las campañas y por supuesto en las votaciones donde se presenta un mayor porcentaje de gente que acude a las urnas (aunque en algunos casos se ha mantenido el mismo porcentaje de abstencionismo o incluso es superior gracias al hartazgo de la gente con los partidos y los políticos) los políticos son en algunos casos los representantes del pueblo para manejar los asuntos que a la sociedad les cause problema o no les guste, dependen de la votación del pueblo para ser elegidos  y jugar un papel importante dentro de las decisiones que se toman en los órganos estatales, pero a veces desgraciadamente se les olvida que es el voto de la gente precisamente el que los hace llegar a donde están y cuando llegan a los puestos de poder solo obedecen la línea de los partidos políticos a los que pertenecen, un político debe ser responsable consigo mismo y  con la gente que le rodea, las decisiones que tome deben estar fundamentadas en valores éticos.

En cambio un científico de la política  esta especializado en el tema de la política, la considera una ciencia a la que ha consagrado años de estudio, dedica tiempo completa a entender y desentrañar el universo de la problemática social y política, tiene un método capaz de resolver problemas determinados bajo una estructura de pasos  que llevan a un resultado concreto y sujeto a comprobaciones, aunque se debe estar consciente de que como en toda ciencia las investigaciones se pueden realizar más adelante por otros científicos sociales y se pueden refutar o comprobar de nuevo.

La misión principal de un científico de la política es tratar de entender la problemática nacional desde un punto objetivo y neutral sin tomar decisiones o partido con el problema que va a investigar, ya que si lo hace estará incurriendo en la politización (pre-juicios) de su tema de investigación y obtendrá como consecuencia resultados tendenciosos y sesgados, algo que tristemente no se entiende en un país tan polarizado por la políticos que viven de la política y acuden a los discursos radicales para atraer el voto, por ello cuando uno como politólogo y científico social afirma ser apartidista inmediatamente es atacado por las huestes que defienden una posición ideológica de “derecha”, “centro” o “izquierda”.

Los valores éticos en la política.

Con lo que hemos vivido en el caso mexicano la ética existe en teoría pero en la practica los intereses individuales o de grupo se han antepuesto a los de la colectividad, la ética desde la época de Maquiavelo ha sido un tema central del como deben actuar los que detentan el poder político, la responsabilidad d los que se encuentran en la cumbre del poder debe ser ejemplar para sus gobernados, pero en diferentes momentos de la historia del mundo, no exclusivamente de nuestro país los gobernantes han aprovechado su posición para el beneficio personal y han traicionando a otros en diferentes momentos históricos.

Los políticos tiene como deber no engañar, no mentir, no aprovecharse de su posición para beneficio propio o de grupo, hacer lo que les corresponde en sus funciones sin afectar a sus gobernados, hacer lo posible por sacar adelante las problemáticas que arrastran sus gobernados mediante la planeación y ejecución de políticas públicas que ayuden a resolver tales problemas, deben ser responsables con ellos mismos y con los demás.

Los valores éticos en la política difícilmente se ponen en práctica por los políticos en el caso de nuestro país, ya que la vida de nuestros políticos no se destaca por tener grandes valores precisamente, generalmente a los políticos de México se les tacha de chapulines, corruptos, mentirosos, traidores, sin ética, sin valores, sin respeto ni responsabilidad, etc., lo que hace que la política sea una de las profesiones más rechazadas para el mexicano promedio, lo cual la mayor de las veces se nota cuando son elecciones y se dan porcentajes de participación mediocres.

Desde Maquiavelo hasta nuestros días la discusión sobre sí la política tiene valores éticos o no ha sido retomada por muchos autores, Rosseau, Montesquieu, entre otros han tratado de refutar o apoyar a Maquiavelo en su teoría de que más vale ser temido que ser amado y si el fin justifica los medios, con el avance de la humanidad en diversos campos de investigación y en temas filosóficos la  discusión se a dirigido a causes más moralistas y éticos, es de notar que en el tiempo de Maquiavelo las traiciones y la violencia al gobernar era una practica común que hasta el vaticano  aceptaba como natural.

En algunos casos como en los gobiernos comunistas, que existieron hasta la década pasada, la gente vivía bajo un el poder de un Estado represor que coartaba sus libertades y que cuando se le preguntaba a la gente sí cambiarían a ese tipo de gobierno por otro contestaban que preferían un gobierno que les coartara libertades pero fuerte que uno débil y libre, durante las década pasada platiqué con personas que vivieron el comunismo en la antigua URRS y me dí cuenta que lejos de estar contentos con el capitalismo implantado desde la era de Yeltsin ellos extrañan con mucha nostalgia la época sovietica, no contaban con libertad, pero era un Estado sumamente fuerte  visto por dentro y por fuera, en este caso el ser temido se combina con el ser amado, ya que las acciones que le mantenía en el poder al partido comunista, además de intimidar por esa imagen de fuerza también hacia que la gente lo considerará como un Estado protector preocupado por la problemática que había dentro de la sociedad que gobernaba, hoy en día gracias a las políticas implantadas por Putin están recuperando esa confianza y orgullo que habían perdido en las últimas dos décadas, Putin en Rusia en tanto amado como temido por la gran mayoría de rusos.

Entrar a la discusión de si vale más ser temido que amado nos puede llevar a caminos donde nos encontramos con muchas disyuntivas, ya que en el caso de los gobiernos comunistas se sabía de antemano que el Estado era represor, pero se le aceptaba tal cual no por ser represor solamente sino también por que en sus funciones cumplía con los requisitos indispensables y le cumplía a la gente que gobernaba con buenos resultados para los estándares que estaban acostumbrados.

Fuente: Blog de Darío Ledesma